martes, 20 de julio de 2010

El cristiano Bono se separa


El cristiano Bono se separa, imagino que muy cristianamente, de la que ha sido su esposa durante casi tres décadas. No tengo nada que objetar a ello. Las relaciones matrimoniales pueden terminar en fracaso, como de hecho ocurre con frecuencia.

Lo que me incomoda es que este tipo se llame cristiano y católico cuando su vida no responde ni a una cosa ni a la otra. Una persona que acumula un patrimonio extensísimo, como se ha demostrado últimamente, no tiene demasiada credibilidad cuando se llama cristiano del sector de los pobres. No hijo no. Usted es del sector de los ricos, pues eso es precisamente lo que es usted, un nuevo millonario.

Tener mucho dinero no es malo. Lo que es pésimo e imposible de conciliar con la doctrina cristiana es ser un hipócrita. Y desde luego el Sr. Bono lo es. Para que me entiendan aún mejor, Bono es a los pobres y al cristianismo lo que Marujita Díaz a la virtud.

Pero aún peor que su hipocresía es su extraña y preocupante manera de hacer dinero. Este tipo tiene una fortuna sólo comparable a la de Tío Gilito, y en su vida no ha hecho otra cosa que ocupar cargos políticos en los que se cobra bien pero en los que difícilmente uno se puede hacer multimillonario. Y él se ha hecho. Todo es extraño aquí.

Pues bien, esta es la otra realidad de los cristianos socialistas. Insultan a la Iglesia pidiéndole no sé cuantas cosas (que por otro lado la fulminarían), y ellos se dedican a llevar la vida padre haciendo justo lo contrario de lo que piden para los demás.