viernes, 20 de febrero de 2009

Sobre el blog y sus comentarios

Tengo que hablar del blog, y no es por autocomplacencia, es simplemente por agradecimiento. Cada día más visitas (en torno a las cien diarias) lo cual nos va situando como un sitio elegido por no pocos. Casi mil usuarios únicos en los últimos 30 días, lo cual no está nada mal.

Es normal en un blog que es muy frecuentado que la gente comente y ponga lo que le parezca. Yo no censuro absolutamente nada, ni las críticas o los insultos contra mí, ni tampoco las críticas a los demás. Ojalá todo fueran alabanzas y panegíricos, pero no son así las cosas. Que cada uno escriba lo que piense no significa que yo no me reserve poder eliminar los comentarios cuando sean gravemente ofensivos e injustificados o cuando la toman indebidamente contra alguna institución. Así lo he hecho con uno que insultaba gravemente.

Comprendo que haya quien no piense como yo. Es más, me encanta que así sea. Creo que la esencia de la democracia se basa precisamente en eso, en que cada uno puedo hablar libremente de lo que piensa siempre y cuando no se insulte y no se altere los propios principios democráticos. Algunos no comparten mis opiniones, lo cual es lógico y bueno, pero a falta de razonamientos utilizan todo tipo de improperios que les sitúan en muy mal lugar.

Últimamente se ha escrito mucho, y tengo que decir que voy a quitar algunos comentarios que señalan a personas determinadas sólo por conjeturas o juicios puramente personales. No comparto muchos comentarios que se han escrito y pido, por favor, moderación y sosiego a la hora de expresarse si se habla desde el desconocimiento. Quitaré, por tanto, algunos que se han escrito y creo que, aunque no van contra mí, no se corresponden a la realidad y, aunque fuesen la verdad misma, no tienen la elegancia que debe tener un comentario para no herir sensibilidades.