viernes, 31 de julio de 2009


Una vez más, los asesinos han vuelto a matar. Me uno, como el resto de los españoles, al dolor por la triste pérdida de dos servidores de la paz. Los criminales sólo tienen un sitio: la cárcel. No puede caber ni diálogo ni prebendas con aquellos que sólo saben matar y que bien podemos llamar escoria.