jueves, 18 de octubre de 2012

Ayer presencié desde el Palacio Provincial que un grupo de chavales de unos 15 años se manifestaba por la educación. La estampa en cuestión me llevó a hacer una serie de reflexiones que quiero compartir.

La primera fue que si esos chavales, que eran menores en su totalidad, tienen que llevar una autorización firmada por los padres o tutores cuando salen de excursión, cómo es posible que fuedan faltar a clase con tanta facilidad.

La segunda es la enorme manipulación a  la que se ven sometidos. No pasaron por la Delegación de la Junta de Andalucía, que es la que tiene competencias en Educación, sino que pasaban por una institución con ninguna competencia en esa materia.

La tercera no fue sino que lamentablemente estamos viviendo los españoles la hipocresía de la izquierda que no es capaz de asumir sus responsabilidades. Ellos han llevado al país a la situación actual con un desgobierno y una irresponsabilidad sin precedentes. Además, en Andalucía han sido los reyes del recorte. Y ahora se nos presentan como adalides de todo lo contrario.  Reirse de la ciudadanía es siempre bochornoso.

Lo de ayer no deja de ser las primeras consecuencias de unos niños que les han inculcado por obligación y sin consentimiento de sus padres el adoctrinamiento de Educación Para la Ciudadanía. Una auténtica desgracia para un país que necesita unión y  esfuerzo por parte de todos, incluidos los alumnos de los colegios e institutos.