lunes, 22 de junio de 2009

Por el respeto a todos y también a la historia



El domingo se celebró en Madrid un importante acto en el mismo lugar donde hace 90 años España fue consagrada al Corazón de Jesús. Más allá de las cuestiones propias de la fe de cada uno, creo que es un hecho irrebatible el pasado cristiano no sólo de nuestro país sino también de Europa entera. Querer hacer discusión de esto es simplemente proponerse decir que el caballo blanco de Santiago era, en realidad, marrón. Supone, pues, una demostración de que no se tienen demasiadas neuronas, o que las que se tiene no funcionan muy bien.

Sé que Zapatero y el PSOE quieren cambiarlo todo, incluso el pasado y, por ende, nuestras raíces. Ellos, incluso, establecen cómo ha de ser la memoria de cada uno. Debemos combatir con los que les gusta eso de meterse en nuestras cuestiones. La concepción del PSOE respecto al Estado y a la Administración es que se pueden meter en nuestra casa y decirnos cómo debemos hacer las cosas. Son los claros resquicios de un pasado marxista. Marxismo, por otro lado, que ha provocado en el siglo XX más de cien millones de muertos.

Yo quiero vivir en un país donde cada uno pueda pensar y actuar libremente, un país que trate con sumo respeto su pasado y que no ceda ante el intento de elevación de las barbaridades a la altura de los derechos de los ciudadanos. No quiero la imposición de ninguna fe ni credo, pero invoco a que se permita a todos profesar el suyo sin discriminaciones ni recelos. Desde luego ese país nunca será el del PSOE.